A nivel tanto profesional, personal, familiar, en todos los ámbitos el embate del Sars-Cov2 ha sido imparable. Todos de una u otra forma nos hemos visto violentados en nuestras prácticas más sencillas, con la aparición de un enemigo invisible (al menos a la vista), pero que nos ha obligado a modificar toda práctica y cuidarnos en todo sentido.
En lo profesional, las empresas en conjunto con sus colaboradores y terceros han debido ajustar sus negocios, facilitando prácticas de distanciamiento social, protección, higiene y seguridad. Es así como todos hemos visto la aparición de divisiones de policarbonato, uso de mascarillas, protectores faciales y mucho gel desinfectante, y hasta la atención de clientes y visitantes a más de un metro de distancia. En las entidades financieras, se ha permitido el lanzamiento de muchos servicios a través de Internet con el uso de la página web o aplicaciones, algo que ha sido fundamental para facilitar las tareas a los clientes, que ya demandan cada día más servicios a distancia y menos presencialidad.
En el ámbito personal, hemos debido acudir a cambiar prácticas simples como limitar las visitas a un supermercado y donde ya muchos incluso hacen sus compras a través de Internet, hasta dejar de visitar amigos y algunos familiares con tal de cuidarnos y cuidarlos, y hasta realizar algunas reuniones familiares a través de herramientas de virtualización.
La realidad es que todo este tipo de cambios y otros que no se mencionan porque si no el artículo sería de páginas y páginas, han llegado, y algunos para quedarse, y debemos acostumbrarnos a esta nueva realidad de vida. Ya se menciona en varios estudios, que sin duda la vida cambió, y no volverá a ser la misma. En EE.UU. 7 de cada 10 personas considera que no volverán a los mismos hábitos que tenían antes de la pandemia, cualquiera que sea. Los hábitos de consumo han cambiado.
Hoy la resiliencia en las empresas y los individuos se vuelve fundamental, y es así como ambos deben trabajar en conjunto para asegurar la sobrevivencia de las empresas, y consecuentemente el trabajo de las personas. La adaptación al cambio es fundamental, y en este sentido prácticas como el teletrabajo, podrían convertirse ya en una condición normal en las empresas para favorecer a ambas partes.
Es necesario además seguir impulsando el uso de la Internet para la prestación de servicios, la venta de productos y la generación de negocios. Muchas empresas en el mundo ya están viendo una reconversión de sus actividades, y de la forma en que se relacionan con sus clientes. Así mismo, una modificación en sus planes estratégicos, porque el que se tenía, ya no necesariamente será lo que vayamos a necesitar en el futuro cercano.
Debemos entonces adaptarnos a la nueva normalidad, que además estará dictada por la fecha en la cual se descubra la vacuna contra la Covid-19, además de poder generar la cantidad necesaria de vacunas para atender a la población en todo el planeta.
Sigamos trabajando siempre con la mira en el futuro, en un nuevo futuro y mejorado futuro, donde todos en conjunto empresas y personas salgamos adelante y podamos vencer al invisible enemigo que nos acecha.
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